
Me torné gris por un segundo. Mis ojos se volvieron nébulas, manifestaban dudas silenciosas que de a poco se tejían. Suspiré dentro ; mi voz se volvió tenue ,no quería despertar a los duendes que confabulan contra la humanidad. Me volví roca humana y pedí a la noche que callara conmigo,que se detuviera frente a la intranquilidad y que juntos contemplaramos la llama por la cual temía extinción.
Nadie dormirá esta noche,prometió Morfeo junto a mi almohada.
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